7 características que diferencian a un jefe de un líder
En la gestión de recursos humanos y bajo la óptica de la Gestión de Proyectos, hay algo que se conoce como efecto halo y el mismo se refiere al hecho de que la persona que es muy buena en un trabajo determinado irradia un aura de eficiencia y efectividad que fuera de ese ámbito puede ser totalmente diferente a lo esperado. Pasa mucho cuando se decide colocar de jefe a un empleado excelente y luego este empleado no da la talla con sus nuevas responsabilidades.
Muchos conocen esta situación como principio de Peter. Todos hemos visto esto alguna vez en nuestra vida laboral. Algo similar pasa cuando se decide pasar de jefe a líder.
Mucha gente considera que los términos “jefe” y “líder” son intercambiables aunque son totalmente diferentes. Para determinar a cual tipo perteneces, deberías responderte de forma honesta esta pregunta:
¿Eres de los que deben micro gestionar de manera constante a tu equipo para que cumpla las tareas del día a día? O ¿Eres de aquellos que disfruta trabajar con la gente de tu equipo para alcanzar las metas y entregables?
Si escogiste la primera pregunta, obviamente eres del tipo jefe, si escogiste la segunda pregunta, probablemente eres un líder.
Basado en mi propia experiencia, puedo decir con seguridad que uno de los trabajos más aburridos que existe, tiene que ver con la micro gestión del personal.
De hecho este tipo de comportamiento no produce resultados duraderos a largo plazo, crea apatía en el personal y genera un gran desgaste físico en quienes actúan de esa manera.
Por el contrario, se logran resultados más duraderos y más efectivos, cuando uno es dirigido por un líder, capaz de inspirar a quienes lo rodean.
Si usted se encuentra en un punto de su vida y de su carrera, donde desea ir de jefe a líder, aquí hay 7 maneras que describen el rol de un líder, aunque honestamente, se deberá poner bastante empeño para lograrlo.
Estas 7 características que diferencian a un jefe de un líder, le darán idea de que cosas deberá desarrollar en su vida si quiere dar ese paso. Veamos que tal.
- Aman a la gente. Nadie puede liderar bien a un equipo a menos que disfrute de trabajar con la gente. Las personas no son secuaces ni compinches, son individuos con personalidades únicas, rasgos y talentos. Como líder hay que disfrutar de ayudar a la gente y verla triunfar.
- Guían a su equipo. No lo controlan. Los jefes sienten la necesidad de controlar cada acción; son micro gerentes. Los líderes saben que su equipo es capaz de logar grandes cosas si reciben orientación y apoyo en lugar de control, por lo que establecen marcos y estructuras, dan capacitación y prestan apoyo a lo largo del camino.
- Son adaptables. Los jefes tienden a ser muy rígidos en la forma en que quieren hacer las cosas, pero los líderes entienden que deben adaptar su estilo personal a las necesidades de sus miembros de equipo. Ellos entienden el valor de la individualidad de cada miembro del equipo, establecen claramente las expectativas y adaptan su enfoque de liderazgo, tantas veces sea necesario.
- Los jefes son poco propensos a delegar. No confían en nadie. Consideran que nadie más puede hacer el trabajo mejor que él. Los líderes verdaderos delegan. Asignan tareas y dejan que los encargados hagan su trabajo, aunque hacen seguimiento periódicamente para asegurarse de que los miembros de su equipo están en camino de alcanzar los resultados deseados.
- Dan crédito, aceptan la culpa. Los jefes adoran tomarse el crédito por los resultados exitosos del equipo y son los primeros en bajarse del autobús cuando esos resultados no son lo esperado o son un fracaso. Los líderes por el contrario, saben que su éxito se debe al esfuerzo de sus equipos, por lo que mantienen su ego bajo control: dejan claro el esfuerzo de su equipo cuando tienen éxito y aceptan la responsabilidad cuando fallan.
- Practican la aceptación de riesgos. Los jefes evitan los riesgos a toda costa ya que temen que si fracasan, perderán todo lo que han construido o logrado en una empresa. Les gusta ir a lo seguro. Los líderes saben que los mayores éxitos vienen de tomar riesgos. Los líderes alientan y permiten que sus equipos prueben cosas nuevas y ven en cada error o fracaso una oportunidad para hacer mejoras.
- Los jefes motivan a través del miedo. Los líderes, por el contrario, motivan para averiguar qué cosas extraen el máximo potencial de los miembros de su equipo incluso cuando los individuos son incapaces de ver su propia grandeza por sí mismos. Los líderes también animan y celebran los éxitos, tanto grandes como pequeños. Son los mayores fanáticos de su equipo.
Conclusiones
Conocer estas características, nos permite saber de que lado estamos. Estas características se encuadran dentro de lo que se ha denominado liderazgo positivo. Hay líderes de líderes. Hay gente que posee un fuerte carisma y son excelentes manejando a la gente, sin embargo son capaces de arrastrar a sus equipos, pueblos o naciones a un abismo por no controlar a tiempo su ego desmedido. Ejemplos sobran en la historia reciente y pasada.
Pasar de “jefe” a “líder” es una experiencia de desarrollo personal muy difícil, pero a la vez muy gratificante cuando se obtienen los resultados esperados o se exceden. Si se actúa como un líder, los miembros de nuestro equipo serán capaces de producir resultados efectivos y duraderos, y su rendimiento será consistentemente excepcional.
Las personas que actúan bajo el influjo de un líder estarán más comprometidas con su trabajo y más realizados en su vida personal. El desarrollo de “jefe” a “líder”, es en sí mismo un acto de bondad y de servicio a los demás seres humanos.
Convertirse en un líder hace nuestra vida menos estresante y más satisfactoria. Saludos
Autor: Alí Manrique Ingeniero con especialización en Gerencia de Proyectos (PMI). Apasionado de los temas de Gerencia y Finanzas Personales. Del leer, nace el saber. |