¿Cuál es la mejor edad para emprender?
Es algo difícil de responder por lo que para hacerlo tomé las palabras de un emprendedor y empresario del sector de los biocombustibles y energías renovables. Miembro además de Endeavor, la asociación que agrupa a emprendedores de alto impacto de todo el mundo; pero sobre todo joven: Manuel Costa Menezes.
Según Manuel Costa no hay una edad determinada para emprender, correcta o equivocada para ser emprendedor. Es algo que ocurre naturalmente de acuerdo con el perfil de cada quien. Sin embargo los jóvenes que se ven a si mismos como emprendedores, deben:
- Estar altamente informados y actualizados. Sin información es muy difícil identificar oportunidades.
- Ser determinado en sus investigaciones, análisis y estudios para minimizar los riesgos.
- No caer en la rutina e entrar en un proceso mecánico de sus actividades. Buscar siempre nuevas formas de mejorar.
- Tener sentido critico y cuestionar el porque de las cosas. Eso abrirá la mente para las sugerencias y cuestionamientos tales como porque no lo hacemos así, de tal o cual manera.
- Antes de aventurarse en sus propios negocios, procuren emprender en las empresas en las que trabajan
- Lo más importante pierda el miedo de arriesgar, de fracasar, pues el fracaso nos fortalece. Además los jóvenes tienen ese derecho.
Para Costa Menezas, para responder mejor a la pregunta, es más prudente definir primero lo que es ser emprendedor. Muchas personas, incluso las más jóvenes creen que ser emprendedor es tener su propio negocio, es decir, a partir del momento en que se convierten en empresarios pasan a ser emprendedores.
Esa manera de pensar es errónea. Ser emprendedor es mucho más que eso y no se limita a ser empresario. Hay muchos empresarios que no son emprendedores y vice-versa.
En momentos de crisis, cuando el índice de desempleo crece sustancialmente, surgen muchos que se creen “emprendedores”. Las personas, sin opciones, resuelven tomar sus ahorros e invertir en un negocio, sea una tienda, un taller o un pequeño restaurante.
Hacen eso sin estar preparadas. Crean un negocio cualquiera (un mero mercader que compra y vende) sin tener la vena o la sangre de emprendedor.
El resultado de eso lo podemos llamar desespero: no pasa de ser un número más en las estadísticas de las pequeñas empresas que cierran en menos de un año. Ese es un ejemplo clásico de que ser emprendedor no es ser empresario.
Ser emprendedor es pensar fuera de la “caja”, de lo obvio, e intentar nuevas soluciones para mejorar su actividad (su trabajo). Un empresario emprendedor es aquel que ve oportunidades diferenciadas para el crecimiento de su negocio.
Desde el área industrial, como formas más eficaces y baratas de producción, hasta el área de ventas, como también vislumbra nuevos mercados y presenta sus productos de manera innovadora. Una persona puede también ser emprendedora en su empleo, en su función.
Para eso basta desarrollar nuevos métodos, que de alguna manera generen ganancias para el accionista de la empresa. “Emprendedor es el individuo que tiene capacidad de innovar, organizar, administrar y ejecutar.
Se destaca generando nuevos productos o servicios, a partir de conocimiento y bienes comunes. En otras palabras es el profesional que, a su manera, modifica, de forma pionera, la manera de actuación de los procedimientos considerados universales, con resultados superiores a los denominados “lugar común”.
El espíritu emprendedor esta dentro de cada persona. Es nato. Es un don. Por lo que a veces está escondido, sin manifestarse, por una serie de factores entre los cuales se destaca el miedo a arriesgar.
Para que podamos desarrollar nuestras habilidades emprendedoras tenemos que librarnos del miedo al fracaso, salir de la zona de confort y buscar siempre formas de agregar valor al negocio.
Autor: Alí Manrique Ingeniero con especialización en Gerencia de Proyectos (PMI). Apasionado de los temas de Gerencia y Finanzas Personales. Del leer, nace el saber. |
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